Entrevista con el político zamorano, que afirma que “nunca pactarán con quien se niegue a bajar impuestos y renuncie a un proyecto transformador y revitalizador para Zamora”
-Después de Navidad, el rumor de que usted regresaba a la política, con un partido propio, recorrió los círculos políticos y periodísticos zamoranos. No obstante, a mí se me pidió que guardase silencio. Pero, ¿en qué momento tomó la decisión de dar un paso al frente y que el rumor se convirtiese en realidad?
-No le puedo decir cuál fue exactamente el momento, ni siquiera creo que hubiera un momento concreto, sino un proceso de reflexión y razonamiento durante varios meses, en los que iba comprobando cómo diferentes personas, y desde muy distintos ámbitos sociales, profesionales e incluso ideológicos, conveníamos, de manera espontánea, en que la dinámica de nuestra provincia y de la propia capital justificaba un paso al frente conjunto que, probablemente, ninguno de nosotros había pensado muy pocas fechas antes.
-También, pero hace más de un año, se dijo que Ciudadanos Zamora lo quiso fichar, algo que la formación naranja ha llevado al paroxismo en los últimos tiempos. ¿Llegó a militar en Cs?
-El primer contacto de Ciudadanos conmigo fue ya hace tres años y les estoy muy agradecido por ello, como a otras fuerzas políticas que, a lo largo de los últimos doce años, en diferentes momentos, han intentado que me incorporara con ellos, ya que, de algún modo, entendían que podía ayudarles a lograr objetivos más ambiciosos. Pero ya ve, las cosas llegan cuando llegan y, sinceramente, creo que con la mejor decisión. Por amor y Por Zamora.
-Desde el 2007, nunca más se supo de la carrera política de Ángel Macías. Negocios, abogacía y apartado de la res pública, cuando usted había sido la mayor promesa del PP zamorano. ¿Por qué se fue? ¿García Carnero y Martínez-Maíllo hicieron todo lo posible y lo imposible para aburrirle y que tomará esa decisión tan drástica?
-Las grandes decisiones no suelen responder a una sola razón. Tampoco aquella decisión que sorprendió tanto a muchos (pero no a los más cercanos) fue fruto de una sola motivación o de un impulso, sino precedido de muchos meses de reflexión. Hay que recordar que había empezado muy joven en política, aunque tras dos años de experiencia profesional como gerente de una empresa, tras mis estudios universitarios y de postgrado, cuando, con 26 años, Antonio Vázquez (con un buen grado de osadía e incluso temeridad por su parte) me confió las funciones de teniente de alcalde, la coordinación de varias áreas y la portavocía del gobierno municipal. El proyecto lo habíamos planteado inicialmente pensando en ocho años, al final prorrogamos cuatro más, pero acercándome a los cuarenta consideraba que debía retornar al mundo real, a la vida civil por así decirlo y no perpetuarme en una actividad como la política, que siempre entendí como algo temporal. Así que, cuando consideré que era el momento, como en “Al ruido del Duero”, el poema de Claudio Rodríguez: “pasé el puente y adiós, dejé atrás todo”.
-A usted le “manchó” la compra de los inmuebles de la calle Ramón Álvarez, que se querían destinar a oficinas municipales. ¿Qué sucedió? ¿Cuál fue su participación en este caso?
-Precisamente, cuando ya no estaba en política, ofrecí la que creo que aún hoy sigue siendo la rueda de prensa más larga de la historia de Zamora. En ella, mostré la copia completa del expediente administrativo a los medios de comunicación. Pasa el tiempo y las cosas se olvidan, pero varias cosas estaban totalmente claras: 1. No se trató nunca de una compra, sino de un alquiler con opción de compra, que el Ayuntamiento años después debería decidir libremente si ejecutaba o no. 2. Era la empresa la que debía correr con todo el riesgo de la operación, ya que debía adquirir los solares, redactar el proyecto, construir el edificio y equiparlo para su funcionamiento y, solo una vez que todo eso estuviera concluido, el Ayuntamiento entraría a ocupar las dependencias y, por lo tanto, a pagar el arrendamiento (también en este momento se está pagando arrendamiento por el edificio del antiguo Centro Médico). 3. Todos los informes técnicos eran plenamente favorables: secretario general, interventor, arquitectos de urbanismo, patrimonio y contratación. 4. Tanto el pliego como la adjudicación del contrato fueron dictaminados favorablemente en la comisión informativa y aprobados por el Pleno sin advertencia alguna de ilegalidad. 5. Una vez aprobado por el Pleno municipal, solo quedaba un trámite administrativo ordinario, la firma del contrato que, como hice habitualmente durante doce años, efectivamente la formalicé yo por delegación del alcalde.
– Ángel Macías es un zoon politikón, un verdadero animal político. Usted no sabe vivir sin estar en la res pública. ¿Por qué?
-El zoon politikon aristotélico no se refería tanto a la concepción de política que hoy entendemos, sino más bien a la de animal social. En este sentido, se puede entender que desde joven haya estado en organizaciones de diferente tipo, desde el Colegio de Árbitros de Baloncesto hasta un partido político. Pero es cierto que, durante los últimos doce años, he estado completamente al margen de la política, salvo en esporádicas intervenciones como analista. Creo, en este sentido, que me olvidé de la política con bastante facilidad y decisión. Según parece, y si me permite la broma, “la política zamorana” se olvidó menos de mí que yo de ella.
-Permitida. Aunque la política sea algo muy serio. Su vida no ha sido fácil desde aquella primavera de 2007. Ha pasado los momentos más duros de su vida durante el último año. ¿Qué busca ahora en la política? ¿Quiere vengarse del PP como ha asegurado un concejal de ese partido, un “apparatchik” popular?
-Como humanos y, por tanto, temporales, pasamos nuestra existencia pensando que vamos dirigiendo nuestra vida hacia donde queremos y, de repente, un día nos recuerda que es ella la que nos lleva a nosotros por donde quiere. Sí, hace dieciocho meses, y de manera fulgurante e inesperada, perdí la mejor parte de mí, por mucho que sienta que me sigue acompañando, mi compañera durante veintiún años, la madre de mis hijas. La mejor sonrisa de mi destino que se truncó brutal y prematuramente. Cuando eso ocurre, o cambian bruscamente tus referentes vitales o, como es mi caso, te ratifica de golpe en lo que la propia experiencia vital y la madurez te iban insinuando al doblar cada esquina de la carrera de la edad, las cosas verdaderamente trascendentes son aquellas a las que no siempre les damos la verdadera prioridad.
¿Qué busco ahora en la política? Busco que mis hijas y los hijos de mis hijas, cuando lleguen, y los del resto de zamoranos tengan una posibilidad de futuro, si así lo desean, en la tierra de sus padres y de los padres de sus padres. Busco poner mi granito de arena y ayudar a que otros pongan el suyo para que nuestra provincia recupere el pulso del destino. Buscamos reivindicar el derecho al renacimiento de una ciudad y una provincia que tuvieron su época de esplendor que luego se fue apagando y que en los últimos años languidece y se arrastra.
Lo dijimos en nuestra presentación. Por Zamora no nacemos contra nadie, pero sí contra algo. Nacemos contra los datos que nos dicen que somos la provincia con menor tasa de población activa de España y, a pesar de ello, nuestra tasa de desempleo está por encima de la media. La provincia con mayor proporción de autónomos (que malviven), porque no hay tejido empresarial que genere suficiente empleo por cuenta ajena. Las estadísticas que indican que por cada cuatro nacimientos tenemos diez fallecimientos o que el número de zamoranos mayores de 65 años triplica al de los menores de 15 años o que nueve de cada diez jóvenes menores de 30 años viven con sus padres o dependen económicamente de ellos. En contra de la proyección que nos condena a la pérdida de un tercio de la población en el transcurso de tan solo una generación. Nacemos para levantarnos contra ese castigo casi bíblico que expulsa a nuestros jóvenes por la ausencia de oportunidades e impide volver a nuestros emigrados por la carencia de posibilidades o atractivos para retornar a su tierra. ¿Venganza nada menos que doce años después? No tenemos tiempo para eso. Y, sinceramente, creo que Zamora tampoco.
-Dígame, en síntesis, por qué hay que votar a Por Zamora en estos próximos comicios municipales, qué les diferencia de otros partidos del centro y de la derecha que se presenta a las elecciones locales…
-Del centro, de la derecha y de la izquierda, si me permite la matización. El propio concepto en primer lugar. En la política local, la más pegada a la tierra, al día a día del ciudadano, más que de ideologías, hay que hablar de objetivos, de estrategias para alcanzarlos y de pacto, diálogo y proyectos compartidos. Dice el ADN de Por Zamora que no hablamos de colores, sino de personas. De cada zamorano de Santa Clara, Pantoja o Los Bloques y cada zamorana de San José Obrero, La Horta o Vista Alegre. De las necesidades y las inquietudes de cada barrio y cada franja de edad.
Ellos hacen, y me parece bien, su batalla de colores, nosotros venimos a hacer la del corazón que impulsa nuestro amor por Zamora y nuestra voluntad de desplegar desde ya, un modelo de ciudad que no vemos que el resto tengan. Una ciudad que debe latir intensamente con su cultura, su patrimonio material e inmaterial y su apuesta por el turismo como fuente de riqueza. Una ciudad con un corazón verde transformador de su fisonomía actual e inspirador de su evolución futura. Una ciudad joven, deportista, dinámica y que sepa unir en armonía, pero con atrevimiento pasado y vanguardia. Una ciudad con un corazón grande, acogedor e integrador en el que la convivencia se convierta en factor de impulso colectivo y potenciador de las mejores cualidades individuales. Una ciudad fuerte para reclamar, competitiva para avanzar y exigente para dar lo mejor de sí misma.
-Creo que lo pregunté cuando usted presentó el partido. Pero insisto, de nuevo, por si acaso. Como ningún partido ganará por mayoría absoluta las elecciones locales, habrá que acudir a los pactos de gobernación de la Casa de las Panaderas. ¿Estaría dispuesto a darle su confianza al PP de Martín Pozo para que sea envestida como alcaldesa?
-No nos preocupa la mayoría absoluta de los votos. Nos ocupa el voto individual, consciente y libre de cada zamorano. Ese es el que queremos merecer. Nacemos con humildad, para representar y ser útiles a los zamoranos, a cada uno y a todos en conjunto gobernando. Igual que no hablamos de colores, sino de personas, tampoco lo hacemos de nombres propios sino -modificando aquella famosa máxima de Julio Anguita, de programa, programa, programa- de programa, sensibilidad y exigencia leal, pero máxima por Zamora.
-Sigamos con los pactos: ¿Con quién no pactaría jamás?
-Con quien se niegue a bajar impuestos, quiera restringir libertades o representatividad ciudadana, municipalizar servicios por razones ideológicas o renuncie a afrontar un proyecto transformador, competitivo y revitalizador para Zamora. Con quien no esté dispuesto a jugarse la cara y el puesto por defender un mejor futuro para los zamoranos. Con quienes no asuman que ha llegado el momento de dar prioridad a lo conveniente para Zamora y no a lo conveniente para unas siglas, unos colores o para mantenerse en una posición que peligra menos si se hace poco o nada. Queremos agitar Zamora, no pactaremos, por tanto, con el inmovilismo.
-Por último, para concluir con el decálogo. ¿Qué considera usted como un fracaso electoral para Por Zamora?
-Tenemos la voluntad decidida e inequívoca. Tenemos un magnífico equipo para materializarla. Tenemos los nervios centrales de un programa que estamos completando en profundo diálogo con la sociedad zamorana a través de decenas de reuniones. Tenemos proyectos trabajados, ejecutables y cuyos resultados serán medibles objetivamente, conformando un verdadero modelo de ciudad. Teniendo todo eso en tan poco tiempo y la comunión con tantos zamoranos que piensan, sueñan y se desvelan como nosotros, el fracaso hubiera sido no atrevernos a dar el paso al frente que nuestras convicciones, nuestra reflexión y nuestro corazón nos decían que debíamos dar por Zamora.
Entrevista El Día de Zamora. Viernes, 12 de abril d e2019 Puedes consultar la publicación en este enlace